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lunes, 3 de agosto de 2020

75511 ENRIQUE MEJÍA ZAPATA


PREGÓN COMUNERO 1 AGOSTO 2020 SÁBADO
OBITUARIO

Espacio (Radio Palmira) que se resume así:

ENRIQUE MEJÍA ZAPATA médico palmirano falleció en Estados Unidos.
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Podré salir? 7. Servicios indispensables de operación, mantenimiento, soporte y emergencias de servicios públicos domiciliarios.

Quienes realicen labores de mantenimiento en empresas públicas o privadas relacionadas con servicios como acueducto, alcantarillado, energía, aseo, gas natural, gas licuado de petróleo, alumbrado público e infraestructura crítica de TI y servicios conexos, BPO, centros de servicios compartidos, redes y data center podrán circular con la debida acreditación y cumpliendo con los respectivos protocolos de bioseguridad.

Podré salir? 8. Servicios bancarios, financieros, notariales y de registro. De acuerdo con el decreto, aquellos que trabajen en bancos, entidades financieras, notarías o en alguna actividad de registro, así como empresas de vigilancia privada, transporte de valores y operadores postales de pago podrán cumplir con sus actividades siempre y cuando estén habilitados por el Gobierno nacional.

Podré salir? 9. Servicios funerarios. En este punto, el decreto es enfático en que quienes ejecuten este tipo de actividad pueden circular, pero únicamente durante el tiempo de prestación del mismo.
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PROCESO DE PAZ. Farc violaba niños, ahora nadie es responsable. Se nota que Londoño y Lobo han aprendido a manejar como los mejores el arsenal retórico de la politiquería criolla. Respondieron evasivamente cuando se vieron arrinconados por alguna pregunta.

Excusaron su silencio diciendo que no querían entorpecer el trabajo de la justicia. Ofrecieron respuestas que insultaban la inteligencia (los muchachos llegaban a la guerrilla “borrachos” o “enamorados” y se quedaban).

Acusaron a sus enemigos de haber hecho lo mismo que ellos, para diluir la responsabilidad. Recitaron de memoria números de casos, leyes y expedientes, para desviar la conversación de lo sustancial a lo formal. Repitieron el mismo libreto en todas las entrevistas. Se apoyaron en el legalismo (“eso estaba prohibido por nuestros estatutos”) para sustentar la supuesta imposibilidad de los delitos que les imputan.

Llamaron “errores” o “equivocaciones” a esos delitos, por atroces que fueran. Debatieron el significado de palabras comunes (“¿qué significa que a alguien lo ‘ingresaron a las malas’?”). Invocaron el pasado (“el bombardeo de Marquetalia”). Apelaron a las instituciones de rigor: la reserva del sumario, la legítima defensa, la presunción de inocencia, el debido proceso, los organismos internacionales.

Y, finalmente, el golpe de gracia: responsabilizaron de todo a “la sociedad” (“la violencia de género en las Farc era proporcional a la de la sociedad colombiana”) y, cómo no, al Estado.

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