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Planeta Colombia

miércoles, 4 de agosto de 2010

CABALGATA EN ESTA FIESTA. (0492)

(2010 AGOSTO 4 MIÉRCOLES) Si en el buscador de este blog escribimos "cabalgata" encontraremos que hay cinco menciones. Hoy en un programa radial anunciaron que "habrá cabalgata". Se me tildará de aguafiestas y que no me gusta que ese tipo de eventos se realice, ya que es algo que nos viene de nuestros ancestros campesinos. Mi posición en contra de las cabalgatas se deriva que esos animalitos sufren en estos eventos, en los que no tienen un propósito, que podría ser que todos los jinetes vayan vestidos a la usanza de 1810 para recordar gestas patrióticas. No faltará quien se parezca a cada uno de nuestros héroes, que con los trajes y monturas a la usanza, con el complemento de la soldadesca de a pié, podrían darnos una lección de historia. Esperemos no sea una manifestación más de maltrato hacia los caballos. Y que no se  los roben. Ayer en  un noticiero de  televisión anunciaron que en una feria en Colombia se habían robado el caballo más fino del país.

PROBLEMAS CON LOS EPICENOS.

(0491-20100804-MIÉRCOLES) Desde hace algún tiempo los periodistas de Palmira vienen haciendo caso omiso del uso de los epicenos. Resulta curioso oírlos mencionando el genero masculino y femenino, al negarse el recurso del idioma (utilizado no solo el castellano, sino en otras lenguas afines) que les permite usar el genero no marcado; que se puede utilizar, siendo masculino para referirnos al universo que integran los dos géneros, sin que ello signifique menosprecio para nadie, exclusión alguna, ni se minimice la igualdad de los géneros cuando de personas se trate. Esto también es aplicable a los animales. La doble mención se permite sin que sea un atropello al idioma, especialmente cuando nos estamos dirigiendo a un auditorio en donde  en señal de cortesía, decimos señoras y señores; amigos y amigas o en forma más protocolaria decimos  Damas y Caballeros. Por el bien de los niños y jóvenes oyentes  y lectores, pido a los periodistas utilizar las palabras  acordes con la ortodoxia del idioma, para que todos hablemos la misma lengua.