(0056) Tal vez piense el amable lector que las voltiarepiadas son gratis. Por las informaciones de prensa tanto nacional como local, vemos que las cosas no son así. Cuando un político decide irse para otro toldo, no vayan a creer que lo reciben con plena confianza. Siempre hay desconfianza; desconfianza marcada por su comportamiento al pasarse a un nuevo partido. Además la colectividad de la que salió, generalmente minimiza el valor del viajero, diciendo que tenía pocos votos y que por lo tanto su peso específico era nulo.Eso es lo que hemos escuchado en estos días. "Siquiera se murieron los abuelos..." ellos se habrían muerto de pena moral, al ver que las nuevas generaciones no tienen principios y que se pasan de un partido a otro con la facilidad con la que "se cambian de calzones", todo ello por tener una nueva oportunidad política o por continuar absorbiendo las mieles del aparato político. Hasta hoy tienen plazo todos los políticos de "arraigadas convicciones en favor del pueblo" para "descambiarse" de partido. Ya veremos.
