(2014 JULIO 16 MIÉRCOLES)
Colombiano opina sobre (EP) La paz sí, pero barata y gratis···Creo que aprovecha su columna para distorsionar y desinformar como buena militante de la izquierda que usted es. La verdad es que los colombianos no somos estúpidos y tenemos claro que la guerrilla terrorista que nos ha masacrado por mas de 50 años debe someterse a la justicia y a la ley como condición mínima para seguir adelante. Queremos paz pero sin impunidad y sin negociar políticas publicas con ellos. Queremos que entreguen las armas como lo hicieron los del M19. No queremos esa palabrita "DEJACIÖN" que significa que encaletan las armas y no las entregan para posteriormente alquilárselas a la delincuencia para cometer sus fechorías. Queremos cárcel para todos sus cabecillas y extradición para los jefes del narcotráfico que han conseguido un emporio económico en base al secuestro y tráfico de narcóticos por muchos años. Queremos dialogar con la guerrilla pero con el compromiso de parar los ataques a la fuerza pública y los atentados terroristas a la infraestructura y fin a los secuestros y reclutamiento de menores para sus filas. Esa es la paz que queremos y esa paz solo nos la dará Uribe Centro Democrático cuando el próximo año acudamos a las urnas a votar masivamente por la recuperación del rumbo perdido gracias a Judas Manuel Santos Calderón.¿Así o mas claro? No desinforme amiga columnista.
Colombiano opina¡La historia vuelve a repetirse! En las “Memorias” de Salvador Camacho Roldán (1827-1900) pionero de la Sociología en Colombia, nos dice que la división del liberalismo en el siglo XIX entre “Gólgotas” y “Draconianos” obedeció a una “percepción” diferente de la realidad histórica de aquel momento; corría el año de 1850.
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Los primeros en cabeza del doctor José María Samper, abogaban por la paz, por la abolición de la pena de muerte, y en general, por directrices cercanas a la filosofía de Jesús de Nazaret, esto es, perdón y olvido. (santistas)
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Los segundos, los “draconianos”, (uribistas) hombres maduros que habían atravesado los malos días de la dictadura de Bolívar y sido víctimas después de la persecución obstinada de 1841 a 1843 (gobierno del general Pedro Alcántara Herrán), que habían sufrido destierros (desplazados) y eran de concepto que a sus adversarios (“guerrilla”) debían aplicárseles procedimientos semejantes, no miraban con buenos ojos las predicaciones de libertad, generosidad y garantías para todos, repetidas por jóvenes inexpertos.
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Juzgaban que todas esas libertades constituiría una república montada al aire.
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¡Calcado con lo que vivimos hoy! Dicen que quien no conoce la historia está condenado a repetirla. ¡No lo creo! ¡Se repite de todas formas! Con variantes por supuesto.
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¡Movimiento pendular de la historia!
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