(2011 SEPTIEMBRE 22 JUEVES) “Un plan B, aunque
es más difícil hacerlo es desnotificar a los jurados que inicialmente designó
la Registraduría para que el día de las elecciones en los puestos de votación,
cuando no se presenten los jurados que supuestamente la Registraduría relevó,
son suplantados por personas que por mera casualidad, entre comillas, estaban
de primeros en las filas, cuando en realidad ya estaban alertados para que
estuvieran ahí justo antes de arrancar el proceso”, dijo.
Cuando estos planes
no funcionan, se tiene bajo la manga otra estrategia. “Se negocia con los
funcionarios encargados del ingreso a los puestos donde el grupo político en
cuestión cree tener su mayor potencial electoral. A la lista original de
jurados se le anexa o agregan las páginas de las personas que se necesitan en
las mesas. Al preguntar por su nombre, el funcionario le informa que no aparece
en lista, que tranquilo que se vaya y le da su respectivo certificado de que
cumplió con su labor. Y detrás entra la persona que en su reemplazo, aparecerá
en la página del falso listado”. (Fin parte 3 de 5)
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