<(2013 ENERO 14 LUNES)> Enlazando la noticia del cobro obligatorio de la propina en la Villa del Coto, aparece otra que puede ser la respuesta tecnológica. En Harbin, norte de China, hay un restaurante atendido por robots de diferentes figuras y estaturas, saben atender las órdenes de los clientes, echan la cantidad de sal exacta y el aceite no se les pasa un grado, todo va pesado gramo por gramo. El dueño es el director de la Academia de Robots de la Provincia Heiglongjiang, de la que Harbin es capital. En una decada la atención de la casa, los cuidados de los ancianos, la preparación de los alimentos y hasta la protección de las personas estará a cargo de ellos tendrán programas para preparar los alimentos también. Un robot puede valer a pesos colombianos de hoy unos cinco millones y medio, que a salario mínimo si adicionamos prestaciones sociales se paga en cinco meses. Se imaginan un robot escolta, no lo pueden sobornar o amenazar, al tener sensores especiales saben quién va armado y quién no, además no conocen el miedo, serán una protección ideal. Por lo pronto los robots especializados en culinaria y atención al público, van a sacar de circulación a los humanos que se ocupan de esos oficios y que además de recibir su salario de lo que pagan los clientes, deben además ser adicionalmente un 10% generosos con el mesero, así lo haya atendido mal y de paso hubiese dejado de lado a todos los que participan en esa cadena que empieza en el agricultor al que no le toca un centavo de esa propina.
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