(2012 ABRIL 18 MIÉRCOLES) Los alcaldes, gobernadores y presidentes deberían hacerle un antimonumento (... y cómo será eso...?) a aquel o aquellos que se inventaron el embeleco de los cien dias de gobierno. A los cien días un mandatario apenas está aterrizando, terminando el carreteo y apagando los motores, para que le vengan a preguntarle que ha hecho en ese centenar de jornadas. Al menos deberían esperar a que cumpla un año de administración para hacerle ese tipo de preguntas. Esto obliga a los mandatarios a ser abundantes en palabras y rellenar a su auditorio de frases. A cambio de esto deberíamos establecer que si el alcalde no mantiene su municipio en el mismo puesto que lo recibió o en uno mejor, según el ranking del Departamento Nacional de Planeación, el gobernador debería tomar posesión del municipio, prescindir del alcalde, sus secretarios y subsecretarios por el tiempo restante del período, así en los municipios los políticos rendirían más y evitarían salir por bajo rendimiento.
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